Cipriano castro (1899-1908)
En 1898 a medida que aumentaba la
desestabilización del nuevo gobierno de Ignacio Andrade, crece el dinamismo de los
partidarios de Castro, que a la postre formarán un Comité Revolucionario. A
principios de 1899, luego de conversaciones infructuosas con Rangel Garbiras,
con el fin de realizar una acción conjunta, Castro decide organizar junto con
Juan Vicente Gómez y otros copartidarios, la denominada Revolución Liberal
Restauradora, que comenzó con la invasión del territorio nacional, el 23 de
marzo de 1899. Dicho movimiento revolucionario triunfa luego de librarse
algunos combates, por lo que el presidente Andrade abandona el país ante el
incontenible avance de Castro, quien finalmente entra en Caracas el 22 de
octubre de 1899 encargándose de la presidencia de la República hasta diciembre
de 1908.
Una vez en el poder Cipriano Castro tuvo que
afrontar una fuerte oposición política por parte de sectores tanto nacionales
como internacionales. En tal sentido, tenemos el estallido de la Revolución
Libertadora (1901-1903), liderada por el banquero Manuel Antonio Matos y que
contó con el apoyo financiero de compañías extranjeras; el bloqueo de las
costas venezolanas por parte de las armadas de Inglaterra, Alemania e Italia
(diciembre 1902-febrero 1903) que motivó la célebre proclama de Castro:
"Venezuela, la planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado
suelo de la patria"; y "La Conjura" (1907), complot palaciego
que se generó en torno a su ausencia del gobierno por motivos de salud. En
síntesis, para poder superar la oposición a su gobierno y consolidarlo, Castro
tuvo que liquidar los centros dispersos de poder político (caudillos) y
preparar el advenimiento de un régimen plenamente autoritario, lo que no dejó
de provocar la reacción de ciertos sectores separados del poder. En noviembre
de 1908 con el objeto de someterse a una riesgosa operación quirúrgica en
Alemania, deja en el poder transitoriamente al vicepresidente de la República,
general Juan Vicente Gómez; quien aprovecha las circunstancias para dar un
incruento golpe de Estado, el 19 de diciembre de ese año. Una vez alejado del
poder y negada la posibilidad de regresar a Venezuela, Castro sufrió el acoso
de las potencias resentidas por la política que mantuvo hacia ellas durante los
8 años que estuvo en el poder. Al carecer de los recursos para efectuar una
invasión armada, se marcha a Madrid para luego convalecer de su operación en
París y en Santa Cruz de Tenerife.
A fines de 1912 pretende pasar una temporada
en Estados Unidos, pero es apresado y vejado por las autoridades de inmigración
y obligado a marcharse en términos perentorios (febrero 1913). Finalmente se
establece en Santurce, Puerto Rico (1916), bajo una estrecha vigilancia por
parte de espías enviados por Juan Vicente Gómez. En 1917, a pesar de sus
pésimas relaciones con el gobierno de Estados Unidos, funcionarios de este
país, disgustados por la actitud neutral de Gómez ante los sucesos de la
Primera Guerra Mundial, establecen contacto con él para que encabezara una
posible reacción en contra del gobierno venezolano, lo que no obstante rechaza.
Sus restos reposaron en el cementerio de San Juan de Puerto Rico hasta el 25 de
mayo de 1975, cuando fueron repatriados e inhumados en un mausoleo de su pueblo
natal.
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